Quiero unirme con el maestro al decir que hasta el momento no he encontrado amor más grande que el de aquel que da la vida por sus amigos (cfr. Juan 15, 13). En esta ocasión Dios me concedió la gracia de recorrer una parte del bello estado de Jalisco, para conocer los lugares y hombres Santos que dejaron todo por mantenerse firmes en su FE.
Es maravilloso contemplar el testimonio de nuestros Mártires Mexicanos, pero no quedarse solo en el asombro, sino, también tomar acción y pedir a Dios la ayuda necesaria para vivir con la plena convicción de unirnos a su infinito amor.
La peregrinación inicio en la Basílica de San Juan de los Lagos, Jalisco., lugar de nacimiento de San Pedro Esqueda Ramírez, Pbro., y salir caminando hasta el lugar de su martirio en Teocaltitán, cercano a San Miguel el Alto.
Es maravilloso contemplar el testimonio de nuestros Mártires Mexicanos, pero no quedarse solo en el asombro, sino, también tomar acción y pedir a Dios la ayuda necesaria para vivir con la plena convicción de unirnos a su infinito amor.
La peregrinación inicio en la Basílica de San Juan de los Lagos, Jalisco., lugar de nacimiento de San Pedro Esqueda Ramírez, Pbro., y salir caminando hasta el lugar de su martirio en Teocaltitán, cercano a San Miguel el Alto.
Al día siguiente partimos para Santa Ana de Guadalupe, ranchería perteneciente al municipio de Jalostotitlan. Lugar de nacimiento de Santo Toribio Romo, Pbro. Cabe mencionar que es el patrono de los emigrantes, pues han sucedido varios casos narrados por personas que dicen haber recibido apoyo de él en la frontera de México, sin identificarse como presbítero y al preguntarle como le retribuirían la ayuda, él solo contesta: "que vallan a su pueblo y pregunten por él".
Continuando con la peregrinación llegamos a San Miguel el Alto, donde inicio prácticamente el movimiento armado de los cristeros, debido a la persecución religiosa y donde se edifico un monumento a Cristo Rey y un museo cristero. Lugar de nacimiento de Victoriano Ramírez, mejor conocido como "El Catorce", afamado por haber dado de baja a catorce federales en una ocasión que lo buscaban para matarlo. Fue uno de los primeros en unirse a la lucha cristera y fue uno de los pocos cristeros que no huyó en mayo de 1927.
Después nos trasladamos a San Julián, Jalisco., lugar de martirio de San Julio Alvarez Mendoza, Pbro. El 30 de marzo de 1927 fue conducido al lugar de la ejecución. Serían como las 5:15 a.m. El padre preguntó: “¿Me van a matar?”. “Esa es la orden que tengo”, respondió el militar. “Voy a morir inocente, dijo, porque no he hecho ningún mal. Mi delito es ser ministro de Dios. Yo les perdono a ustedes. Sólo les ruego que no maten a los muchachos porque son inocentes, nada deben”. Cruzó entonces los brazos y los soldados recibieron la orden del fusilamiento. Su cuerpo quedó tirado sobre un basurero cercano a la iglesia parroquial. En la actualidad se construye un recinto para dar culto a este gran Santo, gracias al apoyo del pueblo que busca su intercesión ante Dios Todopoderoso y eterno.
Construcción que lleva un año y unos días de labor. |
Siguiendo la ruta, avanzamos hasta la ciudad de Tepatitlán de Morelos. Ahí fue el lugar de martirio de San Tranquilino Ubiarco, Pbro., que por no declinar es su FE, fue condenado a la muerte.
El Padre Tranquilino abrigaba la gracia de morir por su fe. En repetidas ocasiones manifestó este deseo. Dos días antes de su muerte, presintiendo el holocausto, estuvo en Guadalajara, se confesó e hizo públicamente este comentario: “Ya me voy a mi parroquia, a ver qué puedo hacer, y si me toca morir por Dios, bendito sea”.
La noche del 5 de octubre, varios soldados, guiados por el presidente municipal Arturo Peña, aprehendieron al sacerdote y lo recluyeron a un calabozo. El Padre Tranquilino, muy sereno, invitó a los otros presos a rezar el Rosario y luego a reconciliarse. Dos horas después lo hicieron comparecer ante el jefe de armas, coronel José Lacarra, quien decretó en el acto la pena de muerte.
Camino a su suplicio, el Padre Ubiarco quiso saber cuál de los soldados le daría muerte y como nadié respondió, dijo; “Todo está dispuesto por Dios, y el que es mandado, no es culpable”. Al escuchar esto, el soldado que había recibido la orden, se declaró incapaz de cumplimentarla, por lo que su superior inmediato ordenó su arresto. Preguntó luego el prisionero con qué instrumento le darían muerte, y le mostraron una soga, que sin más bendijo. Elegida la rama de uno de aquellos árboles, lo ahorcaron.
Para finalizar la ruta llegamos a la bella ciudad de Guadalajara, Jalisco y visitar la catedral y otras iglesias dedicadas a los mártires. Por ejemplo la Parroquia dedicada a San David Galvan, Pbro. Defensor de la santidad del matrimonio, ayudó a una jovencita que era perseguida por el militar Enrique Vera, negándole que contrajera nupcias porque ya estaba casado. Esto acarreó al padre Galván la enemistad del teniente, quien se convirtió en su verdugo.
Cuando el Padre Galván fue nombrado Vicario de Amátitán, fue aprehendido por órdenes del capitán Enrique Vera, antiguo condiscípulo suyo, personaje de escasa moralidad y profundos resentimientos contra el sacerdote por el impedimento de matrimonio. El arresto carecía de sustento, razón por la cual el Padre David recuperó su libertad.
El sábado 30 de enero de 1915, se registraron en la ciudad violentos enfrentamientos entre hueste villistas y carrancistas; los presbíteros David Galván y José María Araiza, se dispusieron a auxiliar a los moribundos y heridos. Cuando cruzaban el jardín botánico, frente al viejo Hospital de San Miguel, fueron interceptados por Enrique Vera, quien ordenó su arresto inmediato.
Los carrancistas del 37 Regimiento ligero de línea pusieron a los sacerdotes a disposición de las autoridades militares; las legislaciones de Vera arrancaron, sin juicio previo, la pena de muerte. No obstante, un oportuno indulto salvó la vida del Padre Araiza; no corrió la misma suerte su compañero, remitido a la calle Coronel Calderón, junto a la banda del Cementerio de Belén.
Frente al pelotón de fusilamiento y sin perder la entereza, la víctima distribuyó los objetos de valor que portaba. No quiso que le vendaran los ojos y frente a los encargados de ejecutarlo, se señalo serenamente el pecho para recibir las balas; sus últimas palabras fueron para sus verdugos: "Les perdono lo que ahora van a hacer conmigo".
Como ultimo punto solo quiero decir, partiendo desde la definición de martirio, que fue una experiencia excelente el poder visitar todos estos lugares que invitan a seguir firmes en la FE. El martirio es un don que solamente Dios concede a quien él ha elegido y sabe porque lo hace. Dios da a sus mejores guerreros, las mejores batallas.
"Sangre de mártires, semilla de nuevos cristianos". Elogio de san Pedro Chanel, presbítero y mártir.
Ahora sigamos haciendo meditación tomada del Comentario de san Ambrosio, obispo, sobre el salmo ciento dieciocho.(Núms. 12, 13-14: CSEL 62, 258-259)
EL TEMPLO DE DIOS ES SANTO, Y ESE TEMPLO SOIS VOSOTROS
Yo y el Padre vendremos a fijar en él nuestra morada. Que cuando venga encuentre, pues, tu puerta abierta, ábrele tu alma, extiende el interior de tu mente para que pueda contemplar en ella riquezas de rectitud, tesoros de paz, suavidad de gracia. Dilata tu corazón, sal al encuentro del sol de la luz eterna que ilumina a todo hombre. Esta luz verdadera brilla para todos, pero el que cierra sus ventanas se priva a sí mismo de la luz eterna. También tú, si cierras la puerta de tu alma, dejas afuera a Cristo. Aunque tiene poder para entrar, no quiere sin embargo ser inoportuno, no quiere obligar a la fuerza.
Él salió del seno de la Virgen como el sol naciente, para iluminar con su luz todo el orbe de la tierra. Reciben esta luz los que desean la claridad del resplandor sin fin, aquella claridad que no interrumpe noche alguna. En efecto, a este sol que vemos cada día suceden las tinieblas de la noche; en cambio, el sol de justicia nunca se pone, porque a la sabiduría no sucede la malicia.
Dichoso, pues, aquel a cuya puerta llama Cristo. Nuestra puerta es la fe, la cual, si es resistente, defiende toda la casa. Por esta puerta entra Cristo. Por esto dice la Iglesia en el Cantar de los cantares: La voz de mi amado llama a la puerta. Escúchalo cómo llama, cómo desea entrar: ¡Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía! Que está mi cabeza cubierta de rocío, y mis cabellos de la escarcha de la noche.
Considera cuándo es principalmente que llama a tu puerta el Verbo de Dios, siendo así que su cabeza está cubierta del rocío de la noche. El se digna visitar a los que están tentados o atribulados, para que nadie sucumba bajo el peso de la tribulación. Su cabeza, por tanto, se cubre de rocío o de escarcha cuando su cuerpo está en dificultades. Entonces, pues, es cuando hay que estar en vela, no sea que cuando venga el Esposo se vea obligado a retirarse. Porque si estás dormido y tu corazón no está en vela, se marcha sin haber llamado; pero si tu corazón está en vela, llama y pide que se le abra la puerta.
Hay, pues, una puerta en nuestra alma, hay en nosotros aquellas puertas de las que dice el salmo: ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria. Si quieres alzar los dinteles de tu fe, entrará a ti el Rey de la gloria, llevando consigo el triunfo de su pasión. También el triunfo tiene sus puertas, pues leemos en el salmo lo que dice el Señor Jesús por boca del salmista: Abridme las puertas del triunfo.
Vemos, por tanto, que el alma tiene su puerta, a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa.
Dichoso, pues, aquel a cuya puerta llama Cristo. Nuestra puerta es la fe, la cual, si es resistente, defiende toda la casa. Por esta puerta entra Cristo. Por esto dice la Iglesia en el Cantar de los cantares: La voz de mi amado llama a la puerta. Escúchalo cómo llama, cómo desea entrar: ¡Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía! Que está mi cabeza cubierta de rocío, y mis cabellos de la escarcha de la noche.
Considera cuándo es principalmente que llama a tu puerta el Verbo de Dios, siendo así que su cabeza está cubierta del rocío de la noche. El se digna visitar a los que están tentados o atribulados, para que nadie sucumba bajo el peso de la tribulación. Su cabeza, por tanto, se cubre de rocío o de escarcha cuando su cuerpo está en dificultades. Entonces, pues, es cuando hay que estar en vela, no sea que cuando venga el Esposo se vea obligado a retirarse. Porque si estás dormido y tu corazón no está en vela, se marcha sin haber llamado; pero si tu corazón está en vela, llama y pide que se le abra la puerta.
Hay, pues, una puerta en nuestra alma, hay en nosotros aquellas puertas de las que dice el salmo: ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria. Si quieres alzar los dinteles de tu fe, entrará a ti el Rey de la gloria, llevando consigo el triunfo de su pasión. También el triunfo tiene sus puertas, pues leemos en el salmo lo que dice el Señor Jesús por boca del salmista: Abridme las puertas del triunfo.
Vemos, por tanto, que el alma tiene su puerta, a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa.
Santuario dedicado a Santo Toribio Romo. Santa Ana de Guadalupe, Jalisco. |
ORACIÓN
OREMOS, Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
¡VIVA CRISTO REY!
¡VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE!
¡VIVA MÉXICO CATÓLICO!
Cristobal Yair Torres Vega C. C. R.
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