CRUZADOS CAMP 2015
(Oración Vocación Consagración)
Con singular alegría 37 jóvenes vivieron el Cruzados Camp 2015 y lograr un cambio para su crecimiento personal. La temática del campamento esta inspirada en el testimonio vivo de los Santos Mártires de Dios, que contribuyen a formar el espíritu combatiente y defensivo por confesar que Cristo es el Rey del universo. Ellos mismo pudieron comprobar que en la disciplina y la perseverancia puede llegar a la virtud para formarse como hombres de valor que puede ayudar a contribuir en un cambio para esta sociedad.
En cada charla obtuvieron puntos para reflexionar y confrontarlo con su realidad. La primera charla se hacía hincapié en ESCUCHAR a la voz de Dios. Pero, ¿Cómo van a escuchar la voz del Señor si el ruido del mundo no se los permite? ¿Qué tienes que hacer para poderlo escuchar? ¿Estarías dispuesto a seguirlo?
En otra charla se hablo sobre el llamado de una vocación universal, de la cual todos podemos ser participes. Ciertamente como ya lo hemos tratado en algunos puntos, la Santidad es posible. Pero no debe ser una santidad egoísta, puesto que se necesita de una intima relación con nuestros hermanos, con los cuales convivimos día con día. El santo padre S.s Francisco nos lo explica de manera más detallada en su nueva carta encíclica Laudato si' 240: " Porque la persona humana más crece, más madura y más se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con Dios, con los demás y con todas las creaturas".
La última charla discernieron un poco acerca de su vocación personal, la misión que Dios les tiene preparada para que la cumplan con mucha presteza y valentía. Todo esto lo reflexionaban mientras se desarrollaba el campamento y en cada obstáculo tenía una oportunidad para enfrentarse con esa realidad a la cual volverían cuando finalizara el campamento.
(Oración Vocación Consagración)
Y como caballeros cristianos, no vamos solos ya que Dios nos ha dado hermanos. ¡Viva Cristo Rey! |
Con singular alegría 37 jóvenes vivieron el Cruzados Camp 2015 y lograr un cambio para su crecimiento personal. La temática del campamento esta inspirada en el testimonio vivo de los Santos Mártires de Dios, que contribuyen a formar el espíritu combatiente y defensivo por confesar que Cristo es el Rey del universo. Ellos mismo pudieron comprobar que en la disciplina y la perseverancia puede llegar a la virtud para formarse como hombres de valor que puede ayudar a contribuir en un cambio para esta sociedad.
En cada charla obtuvieron puntos para reflexionar y confrontarlo con su realidad. La primera charla se hacía hincapié en ESCUCHAR a la voz de Dios. Pero, ¿Cómo van a escuchar la voz del Señor si el ruido del mundo no se los permite? ¿Qué tienes que hacer para poderlo escuchar? ¿Estarías dispuesto a seguirlo?
En otra charla se hablo sobre el llamado de una vocación universal, de la cual todos podemos ser participes. Ciertamente como ya lo hemos tratado en algunos puntos, la Santidad es posible. Pero no debe ser una santidad egoísta, puesto que se necesita de una intima relación con nuestros hermanos, con los cuales convivimos día con día. El santo padre S.s Francisco nos lo explica de manera más detallada en su nueva carta encíclica Laudato si' 240: " Porque la persona humana más crece, más madura y más se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con Dios, con los demás y con todas las creaturas".
La última charla discernieron un poco acerca de su vocación personal, la misión que Dios les tiene preparada para que la cumplan con mucha presteza y valentía. Todo esto lo reflexionaban mientras se desarrollaba el campamento y en cada obstáculo tenía una oportunidad para enfrentarse con esa realidad a la cual volverían cuando finalizara el campamento.
Mira el vídeo que contiene las experiencias de los jóvenes valientes que han querido cambiar su vida y seguir al maestro.
https://www.youtube.com/watch?v=F-eEKtRBCzQ
Ahora les invito a leer la siguiente lectura tomada de las Confesiones de San Agustín, Obispo (Libro 10, 26, 37-29, 40: CSEL 33, 255-256)
https://www.youtube.com/watch?v=F-eEKtRBCzQ
Ahora les invito a leer la siguiente lectura tomada de las Confesiones de San Agustín, Obispo (Libro 10, 26, 37-29, 40: CSEL 33, 255-256)
TODA MI ESPERANZA ESTA PUESTA EN TU GRAN MISERICORDIA
Señor, ¿dónde te hallé para conocerte -porque ciertamente no estabas en mi memoria antes que te conociese-, dónde te hallé, pues, para conocerte, sino en ti mismo, lo cual estaba muy por encima de mis fuerzas? Pero esto fue independientemente de todo lugar, pues nos apartamos y nos acercamos, y, no obstante, esto se lleva a cabo sin importar el lugar. ¡Oh Verdad!, tú presides en todas partes a todos los que te consultan y, a un mismo tiempo, respondes a todos los que te interrogan sobre las cosas más diversas. Tú respondes claramente, pero no todos te escuchan con claridad. Todos te consultan sobre lo que quieren, más no todos oyen siempre lo que quieren. Óptimo servidor tuyo es el que no atiende tanto a oír de ti lo que él quisiera, cuanto a querer aquello que de ti escuchare.
¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre las cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.
Cuando yo me adhiera a ti con todo mi ser, ya no habrá más dolor ni trabajo para mí, y mi vida será realmente viva, llena toda de ti. Tú, al que llenas de ti, lo elevas, más, como yo aún no me he llenado de ti, soy todavía para mí mismo una carga. Contienden mis alegrías, dignas de ser lloradas, con mis tristezas, dignas de ser aplaudidas, y no sé de qué parte está la victoria.
¡Ay de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí! Contienden también mis tristezas malas con mis gozos buenos, y no se a quién se ha de inclinar el triunfo. ¡Ay de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí! Yo no te oculto mis llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericordioso, y yo soy miserable.
¿Acaso no está el hombre en la tierra cumpliendo un servicio militar? ¿Quién hay que guste de las molestias y trabajos? Tú mandas tolerarlos, no amarlos. Nadie ama lo que tolera, aunque ame tolerarlo. Porque, aunque hubiese qué tolerar. En las cosas adversas deseo las prósperas, en las cosas prósperas temo las adversas. ¿Qué lugar intermedio hay entre estas cosas, en el que la vida humana no sea una lucha? ¡Ay de las prosperidades del mundo, pues están continuamente amenazadas por el temor de que sobrevenga la adversidad y se esfume la alegría! ¡Ay de las adversidades del mundo, una, dos y tres veces, pues están continuamente aguijoneadas por el deseo de la prosperidad, siendo dura la misma adversidad y poniendo en peligro la paciencia! ¿Acaso no está el hombre en la tierra cumpliendo sin interrupción un servicio militar? Pero toda mi esperanza estriba sólo en tu muy grande misericordia. ¡Dame lo que me pides y pídeme lo que quieras!
¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre las cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.
Cuando yo me adhiera a ti con todo mi ser, ya no habrá más dolor ni trabajo para mí, y mi vida será realmente viva, llena toda de ti. Tú, al que llenas de ti, lo elevas, más, como yo aún no me he llenado de ti, soy todavía para mí mismo una carga. Contienden mis alegrías, dignas de ser lloradas, con mis tristezas, dignas de ser aplaudidas, y no sé de qué parte está la victoria.
¡Ay de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí! Contienden también mis tristezas malas con mis gozos buenos, y no se a quién se ha de inclinar el triunfo. ¡Ay de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí! Yo no te oculto mis llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericordioso, y yo soy miserable.
¿Acaso no está el hombre en la tierra cumpliendo un servicio militar? ¿Quién hay que guste de las molestias y trabajos? Tú mandas tolerarlos, no amarlos. Nadie ama lo que tolera, aunque ame tolerarlo. Porque, aunque hubiese qué tolerar. En las cosas adversas deseo las prósperas, en las cosas prósperas temo las adversas. ¿Qué lugar intermedio hay entre estas cosas, en el que la vida humana no sea una lucha? ¡Ay de las prosperidades del mundo, pues están continuamente amenazadas por el temor de que sobrevenga la adversidad y se esfume la alegría! ¡Ay de las adversidades del mundo, una, dos y tres veces, pues están continuamente aguijoneadas por el deseo de la prosperidad, siendo dura la misma adversidad y poniendo en peligro la paciencia! ¿Acaso no está el hombre en la tierra cumpliendo sin interrupción un servicio militar? Pero toda mi esperanza estriba sólo en tu muy grande misericordia. ¡Dame lo que me pides y pídeme lo que quieras!
ORACIÓN
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados. para que puedan volver al camino recto, concede a todos los cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan, y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
¡VIVA CRISTO REY!
¡VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE!
¡VIVA MÉXICO CATÓLICO!
Cristobal Yair Torres Vega C. C. R.
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