VIRGEN DE LOS DOLORES
Hoy celebramos la memoria de la siempre Virgen
María, en el momento de su sufrimiento al ver a su hijo morir en la Cruz. Nos
dicen las Sagradas escrituras que este suceso ya había sido profetizado por el
anciano Simeón: “Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón,
después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída
y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma
una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los
pensamientos íntimos de muchos». (Lucas 2: 33-35).
Para estos tiempos tan difíciles yo me pregunto, ¿A qué
padre le gustaría ver morir a su hijo? ¿Qué es realmente lo que está pasando en
la actualidad? ¿Madres porque asesinan a sus hijos? Oh, es que ya estamos
perdiendo el sentido de la existencia del ser humano.
Les dejo la siguiente lectura para meditar, basado en los Sermones de san Bernardo, abad
LA MADRE
ESTABA JUNTO A LA CRUZ
El martirio de la Virgen queda atestiguado por la profecía de Simeón y por la
misma historia de la pasión del Señor. Éste -dice el santo anciano, refiriéndose
al niño Jesús- está predestinado por Dios para ser signo de contradicción; tu
misma alma -añade, dirigiéndose a María- quedará atravesada por una espada.
En verdad, Madre santa, atravesó tu alma una espada. Por lo demás, esta espada
no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. En efecto,
después que aquel Jesús -que es de todos, pero que es tuyo de un modo
especialísimo- hubo expirado, la cruel espada que abrió su costado, sin
perdonarlo aun después de muerto, cuando ya no podía hacerle mal alguno, no
llegó a tocar su alma, pero sí atravesó la tuya. Porque el alma de Jesús ya no
estaba allí, en cambio la tuya no podía ser arrancada de aquel lugar. Por
tanto, la punzada del dolor atravesó tu alma, y por esto, con toda razón, te
llamamos más que mártir, ya que tus sentimientos de compasión superaron las
sensaciones del dolor corporal.
¿Por ventura no fueron peores que una espada aquellas palabras que atravesaron
verdaderamente tu alma y penetraron hasta la separación del alma y del
espíritu: Mujer, ahí tienes a tu hijo? ¡Vaya cambio! Se te entrega a Juan en
sustitución de Jesús, al siervo en sustitución del Señor, al discípulo en lugar
del Maestro, al hijo de Zebedeo en lugar del Hijo de Dios, a un simple hombre en
sustitución del Dios verdadero. ¿Cómo no habían de atravesar tú alma, tan
sensible, estas palabras, cuando aún nuestro pecho, duro como la piedra o el
hierro, se parte con sólo recordarlas?
No os admiréis, hermanos, de que María sea llamada mártir en el alma. Que se admire el que no recuerde haber oído cómo Pablo pone entre las peores culpas de los gentiles el carecer de piedad. Nada más lejos de las entrañas de María, y nada más lejos debe estar de sus humildes servidores.
Pero quizá alguien dirá: « ¿Es que María no sabía que su Hijo había de morir?» Sí, y con toda certeza. « ¿Es que no sabía que había de resucitar al cabo de muy poco tiempo?» Sí, y con toda seguridad. « ¿Y, a pesar de ello, sufría por el Crucificado?» Sí, y con toda vehemencia. Y si no, ¿qué clase de hombre eres tú, hermano, o de dónde te viene esta sabiduría, que te extrañas más de la compasión de María que de la pasión del Hijo de María? Éste murió en su cuerpo, ¿y ella no pudo morir en su corazón? Aquélla fue una muerte motivada por un amor superior al que pueda tener cualquier otro hombre; esta otra tuvo por motivo un amor que, después de aquél, no tiene semejante.
Mujer yo
te lo digo, piensa muy bien lo que estás haciendo, estas matando a tu hijo, déjalo
vivir, no prives la vida de un ser humano, que quiere ser partícipe de este
mundo. Ante de practicar ese acto de violencia en contra de tu propio hijo,
piensa dos veces o más, ¿Qué es lo que le quieres dejar a este mundo? Si hay
una forma de salir adelante.
Dios te
ofrece su amor para que puedas salir adelante con tu hijo. Amalo, date esa
oportunidad mujer de estrechar ese niño entre tus brazos, para que pueda
llamarte Mamá. Él quiere nacer y amarte, o le vas a dar la espalda.
Por
caridad, no permitamos que siga avanzando esta práctica cruel y sanguinaria
llamada “ABORTO”, destruya más vida. Únete a las personas que decimos SI A LA
VIDA.
OREMOS
Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu
Hijo estuviera a su lado junto a la cruz, participando en sus sufrimientos,
concede a tu Iglesia que, asociada con María a la pasión de Cristo, merezca
también participar en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
¡VIVA
CRISTO REY!
¡VIVA
SANTA MARÍA DE GUADALUPE!
Cristobal
Yair Torres Vega CCR
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